domingo, 13 de febrero de 2011

Historia Funesta De Seis Dias.

Si no estabas
moría por verte.
Si estabas,
moría por perderte.

Eras aquella mañana,
que como noche con luna,
caíste en la maraña
y cegaste en la amargura.

Torrente de riachuelo
por nuestros besos pasaban,
pero tu sed no se calmaba
y un pantano nació.

Poeta del amor
por teniente carnal,
sustituyó tu corazón
y mi puesto fatal.

Mi rosas renacidas
quemadas por las suyas,
hielo y fuego,
canción de tortura.

Olvido desgarrador,
tristeza y dolo.
Comienzo vital,
perdido y sin final.

Naranja del paraíso
por el destino unidas,
por dos veces separadas
con desconfianza y silencio.

Predicción de siete
pétalos de cerezo,
que mal agüero me dieron
y final sin alegría dijeron.

"Aquella gemela era,
ahora ya no es.
Podría haber sido,
pero ya no será.

Carreras a un cambio,
que con fuerza aparecerá,
ese cambio sera producido
y la balanza se estabilizara.

Dulces me decían"
y como ultimo regalo te di.
¿Tu que me diste?
A ya, un no dormir.

Mi juvenil viejo corazón
descansar anoche no podía,
ayer casi moría
¡Amarga pasión!

Atrás quedan las cartas,
atrás quedan las letras,
atrás quedan nuestros sueños,
atrás quedan las noches en vela

¿Que hago ahora,
con eso de leer cada noche
cartas que caen como polvo
en el relog de arena?

Moho de mi cuerpo,
cuervo de mis pensamientos.
Mariposa de la crisálida,
que se desprende de ella.

sabes.. y se que no.
Que no volveré,
que mi amor no voló,
pero preso ahora queda.

¿Amigos? De él si quieres,
mas mi deseo se queda
que esos otros labios que besas
ojala de felicidad te llenen.

LLama De LLamas Apagadas.

Mientras la llama
de aquella fogata
se mantenía despierta,
móvil e inquieta.

Las otras dos llamas,
que en nuestros carazones se hallaban,
jugaban como niñas
en el parque después de la salida.

Iban pasando los días
que se tornaron en nuestra vidas.
La una de la otra
pareciendo mas gemelas cada hora.

Pero el tiempo pasaba
y las estaciones no esperaban.
Llegó la primavera
y no apagó la llama, con la lluvia lenta.

Llovía y llovía, soplaba y soplaba.
Las nubes corrían, mientras ellas se juntaban.
Y de las fiesta del renacimiento
pasamos al estío veraniego.

A de ser verdad
el dicho de la antigüedad
que dice que el fuego,
se combate con el mismo juego.

Las dos llamas que tanto brillaban
se apagaran, tras caer envenenada.
Y como la vida de una era la de la otra,
la muerte de una llevo a la pena de la otra.

Veneno del pensar
fue el que los llevo a separar.
Mas una en su ultimas brasas
cinco cartas a la otra le enviaba.

La tinta de ceniza
por las lágrimas se corrían.
La rabia y el desconcierto de la llama
fueron suficiente para decir: !Ya basta!

Ella sola, viva en la vida,
solo con el pensamiento que tanto le dolía,
deseando que la otra no se apagara
pero la dicha susodicha solo quería que la olvidara

Finalmente la fogata,
a causa del viento, la noche,
apagó aquella única llama.
Todo oscureció, en la candela de los amores.

Te Quiero Coma La Brisa

Espero que no te moleste,
pero quería que lo supieras,
tenías que suponerlo,
y es, que te quiero.

Eres la persona amiga,
eres la miga a quien seguir,
y seguir manteniéndote junto a mi.
Acabarás teniendo un gran fin...

Te hablé aquel día,
bailé aquel otro,
otro contigo quedé,
y hoy te escribo esta poesía.

El amor ya llegara,
no recuerdes las otras caídas.
No tomes mi senda,
y dejate llevar por la vida.

Un beso y una flor
y mi cariño en una sonrisa.
Te quiero hermana,
te quiero como la brisa.

Afri esto va para ti, te deseo un maravilloso dia de los enamorados, un beso.

Una Noche Contigo

La noche se cernía y en la mano una copa sujetaba. Desde la cocina la música del salón sobresaltaba por el pequeño muro que dejaba ver la coronilla de una cabeza de pelo rizado y rubio tostado por el sol que estaba alzándose por encima del borde del sofá. La habitación, semidesnuda de luz iba entonando a un tono más íntimo, el olor a las rosas rojas en el jarrón de la entrada se extendía como la niebla por todos lados.

Deje mi posición de halcón que todo lo ve y fui andando lentamente hacia donde ella estaba, bordee el sofá y seguí adelante. Me senté al lado de ella, la cual estaba miedosa y fría rozando con sus labios el borde de la copa. Dos miradas se entrecruzaron, parecía que iban a saltar tales chispas que todo el inmueble quedaría reducido a cenizas. Bebimos un poco, y aun bebiendo las miradas no se perdían en el infinito, puesto que el infinito estaba dentro de nuestras pupilas.
Una de mis sonrisas picaras se escapo entre tanto, y ella como siempre dejo caer una de sus brisas que abanican mi mirada, dejo entreverse la fila superior de los dientes, era preciosa. Su pelo caía por su lado derecho, llevaba los pendientes que le regalé. Esos ojos verdes caramelos, esa rojez en sus pómulos… Su vestido negro azabache resaltaba su piel, aun tostada por el sol del verano, blanca. Tenía un tacto suave, casi no parecía humano. Podías morir si ella te rozara con uno de sus dedos y recorriera con él todo tu cuerpo, pero morirías feliz y apenado, por no poder volverlo a sentir. Y es que sus caricias y sus juegos son únicos, ella sabe cómo nos gusta a los hombres que nos haga ese tipo de cosas.

Se quito los zapatos que cayeron al suelo chocándose entre ellos y dejando proliferar ese típico sonido. Se recostó sobre el sofá cambiando a otra cara y torciendo la cabeza hacia el otro lado. No éramos tontos, y el silencio con miradas, mas dice que el que habla. Me incline sobre ella, le pedí la copa, la tome y torne a dejarla en la mesa al igual que había hecho con la mía. Entonces lentamente, como agua que gotea y sacia la sed de un pobre naufrago en una isla perdida. Se poso delante de mis ojos, puso unos con otros, como si intentara saber lo que pensaba en ese momento. Los fue cerrando como si de sueño se tratase. Al mismo tiempo giraba suavemente la cabeza, ceñía los labios y se acercaba a mí.
Yo, atónito como aquel que nunca ha besado, cerré los ojos rápidamente y abance a ella. Nuestros labios se juntaron y el tiempo se volvió eterno, eterno porque no se vivía, se disfrutaba. Tras ese beso vino una mirada, y una sonrisa, y luego se sucedieron ellas y los besos. Baje mi mano a su cintura, como se sentía… Era como tocar el rayo de un sol, cálido y efímero a su vez, puesto que no pude evitar llevar la mano a su cabeza. Y sus manos…. Una de ellas en mi cabeza para así hacer que no me escapase. La otra en mi pecho, para sentir mi ritmo de caballo desbocado queriendo salir.
Tiramos todos los cojines con nuestros pies y nos tiramos en el sofá, ella encima mía, ejerciendo presión con su cuerpo y ahogándome un poco con sus pechos. Entonces ella empezó a besarme en el cuello. Lo hacía tan lento pero a su vez tan… tan delicioso. Sentía como de vez en cuando me mordía un poco. Pero como terminaba aquel beso, es como la coletilla que queda tras remover la masa para un dulce. Se sentía tan bien, e incluso había cada pocos besos un escalofrió que recorría desde mi hombro izquierdo pasando por el corazón y que llegaba a la punta del pie derecho, en diagonal. Aquello me volvió loco. Ella lo dejo, me miro con una cara gatuna y todo se detuvo, pensé incluso de que algo iba mal, pero entonces ella se levantó, me cogió de la mano y me hizo que me levantara, se giró y me guiñó un ojo. Fue andando hacia mi dormitorio y en la puerta se detuvo apoyándose con una mano en el dintel, me volvió a mirar de reojo, volvió a sonreír y se adentro en aquella fantasía que era la oscuridad.
Lo demás no se puede contar, no vaya a ser que sueñes esto, pero imagínatelo si quieres. Aun así, te digo que los sueños no se repiten y este ya ha sido mío.

Recuperar Tu Amistad

Esto va dirigido para esa persona que veo cinco días a la semana, que veía y veo como una gran persona. Esa persona que ahora no me responde, que no quiere saber de mi, que me negó el puesto de amigo, esto va para esa persona, si, eres tú, y si lo estás leyendo esto es para ti.


Un desierto en el que el silencio es la arena, el sol una escasa atención y el sonido tu lejano parloteo en conversaciones cercanas pero distantes. Es esa la condena que llevo por haber hecho lo que hice. Ahora he empezado una pequeña revolución. Creo que no he sido justo, no encuentro ahora lo que quiero después de haber perdido hasta hace escasos días una persona muy importante para mí.
Sabes... si yo fui la mitad de importante para ti como esta persona lo es para mí, comprendo que rechaces mi dialogo. Pero en cambio yo estoy ahí, al lado.... y esta vez el daño lo he recibido yo, aunque no lo parezca.

Muchas veces he recibido tanto daño por hacer que la otra persona no lo sintiera... en cambio contigo no tuve ese reparo. Siento no haber podido concebir en mi mente una pequeña atención a quitarte parte del peso de la mochila. Y después de todo hice el camino mas difícil... lo llene de ese maldito obstáculo que es la duda y el recuerdo... el recuerdo... ¿tú me recuerdas?
Yo a ti mucho... fuiste una amapola que se abrió en un campo de blancas margaritas... el sol brillaba y te concebía el color rojizo entre cobre y pardo de tu pelo...
Te quería... pero me levante una mañana, una odiable y funesta mañana, en la que pensé que yo no era nada más que un estorbo, yo era el verdadero obstáculo, yo era yo y como persona sin mente ni elocuente ni racional lo eche todo en el mismo baso... Más de un día estuve sopesando aquella decisión.

¿Por qué en un parque? ¿Por que alegría y pena? ¿Por qué parecer que aun te quería, guardar un halo de esperanza y después el olvido?

Un parque... El parque de los príncipes... allá donde Bécquer, inmortal como el hierro, está al lado de sus musas frágiles como el mármol, todo en esa escena de ese parque es eterno… y yo quería conservarlo en la eternidad. Porque la alegría llena y la pena entristece, porque un shock de emociones distintas y contrarias te haría cerrarme la puerta… o al menos pensé que aunque me la cerraras después me la abrirías… cosa que no ha ocurrido. Parecer que te quería no era más que meterme tras una cortina de visillo blanco al sol y dejar ver mi sombra, que si corrías las cortinas veías mi cuerpo, me veías y podías ver que te quería.
Un halo de esperanza… siempre he pensado que la esperanza es lo último que se pierde. Y el olvido… que era la separación de los dos por los campamentos, siempre creí que con tus amigos te olvidarías de mi.

Ya no tengo nada más que decir, si quieres… podemos hablar, porque te lo digo ya, me pienso currar lo de recuperar tu amistad.

La Melodía De Tu Voz

La melodía de tu voz,
Que antes me hacia sonreír,
Ahora me hace suspirar,
Porque me hace morir.

No tienes nada claro,
Aún de mi algo quieres.
“Dame respuestas”, y así dijiste:
“Por el momento amigo te querré”.

Sales y entras de tu casa,
Pasas cerca mía.
No espero una visita ya,
Del alma que tanto quería.

Si sigo a tu lado,
Aunque sea en la lejanía,
La verdad es el deseo carnal
Que me recorre noche y día.

Soy tu amigo,
Más quise ser algo más
Siendo algo menos…
Y todo por unos besos.

Que cuando te di,
No me devolviste.
Que cuando te abrace,
Tontamente de mí te fuiste.

Ahora afuera llueve.
Y en mi corazón una tormenta,
De truenos, relámpagos y centellas,
Ruge y se desata.

Pero tonto y ciego,
Y aun por tu amor estoy.
Con mis letras me desentiendo,
Dime porque te escribo hoy.

¿Prefiero estar solo?
Solo porque tú lo eres todo.
No me tortures y acaba
Con este pobre loco.

Mañana no he de esperar nada,
Aun siendo San Valentín,
Realmente no quiero falsas,
De que aun siento algo por ti.

¡Despertadme cuervos!
¡Pesadilla del infierno!
Fiebre de mi locura
Y fruto del deseo de tu cuerpo.